Las
noticias falsas o fake news en inglés, proliferan cada vez más en las
redes sociales y en supuestos medios de comunicación, que presumen precisamente
de hacer «periodismo» objetivo y veraz, pero que en realidad lo que hacen es
engañar, manipular y orientar al ciudadano hacia determinados posicionamientos
ideológicos o políticos a los que muchos se ven abocados por ser incapaces de
detectar esas noticias falsas fabricadas con claros objetivos de manipulación.
Es
importante saber detectar las noticias falsas, poder reconocerlas y, de este
modo, evitar contribuir a su difusión fomentando así la desinformación de los
ciudadanos, inmersos a su vez en un contexto de «posverdad», es decir, de manipulación
de la información, de la realidad en la que las emociones y las creencias
personales se destacan sobre los hechos objetivos, dañando de este modo al
periodismo de calidad y vulnerando el derecho que tienen los ciudadanos a
informarse debidamente en un marco donde se respeten la libertad de información
y de expresión.
Uno
de los ámbitos donde más se dan las fake news es el de la comunicación
política, donde se juega con lo racional y lo emocional. Aquí las noticias
falsas dan mayor peso a lo emocional a través de medias verdades o
directamente de descaradas mentiras orientadas a crear una idea política que a
su vez consolide una base electoral, usando para ello una extraordinaria herramienta
como son las redes sociales que por su extrema viralidad y dependiendo del
mensaje, servirán para dañar irreparablemente la imagen y reputación de la
persona o la organización en cuestión.
Las
noticias falsas existen, se divulgan porque precisamente gracias a las redes
sociales los ciudadanos se convierten además de en grandes consumidores de
información, también en productores, en creadores de noticias muchas veces
falsas o que no responden exactamente a una realidad concreta, lo que unido a
los algoritmos que emplean las diversas redes sociales permiten distribuir los
mensajes segmentados, condicionados y filtrados por relevancia a cada usuario.
Ya solo quedará esperar a que de acuerdo con el tipo de información entren en
juego los intereses políticos, sociales, económicos o culturales de partidarios
y detractores para que gracias a la viralización la mentira alcance dimensión
mundial.
Así pues, las fake news están clasificadas en siete tipos, según la organización First Draft, dedicada a evitar la información falsa y engañosa a través de una red mundial de periodistas. A saber:
1. Sátira: información que no pretende causar daño o engañar.
2. Contenido engañoso: información engañosa para inculpar a alguna persona u organización.
3. Contenido impostor: información cuyas fuentes no son las reales.
4. Contenido fabricado: información elaborada con datos falsos para engañar y perjudicar a alguna persona u organización.
5. Contenido falso: información con titulares o imágenes que no se corresponden con el contenido.
6. Contexto falso: cuando el contenido verdadero se difunde en el marco de un contexto falso.
7. Contenido manipulado: información verdadera manipulada para engañar.
Estos
tipos de fake news o noticias falsas son en realidad consecuencia de la
práctica de un, llamémosle periodismo, deficiente, partidista y sometido a un
poder que tiene como principal misión emitir propaganda desde la provocación y
el apasionamiento visceral para conseguir así un objetivo determinado.
Es
por ello importante que para no ser utilizados o convertirnos en víctimas de
las noticias falsas, debamos conocer algunas características que suelen tener estas
informaciones publicadas en redes sociales y en algunos medios supuestamente serios.
Las
fake news suelen llevar habitualmente grandes titulares en mayúsculas
para atraer la atención, deberemos también consultar en los buscadores los
diferentes enlaces, citas y menciones que pueda tener la información, así como comprobar
quién está detrás de la web donde aparece la noticia en cuestión, lo mismo que verificar
que las imágenes que aparezcan se correspondan con la información original y no
hayan sido incluidas fuera de contexto, buscaremos una fuente alternativa local
del lugar donde se produjo la noticia para poder contrastarla y, por último,
desconfiaremos de las URLs que aparezcan en la información y nos lleven a webs
o portales de medios conocidos.
Por último, debemos tener presente que para evitar ser víctimas de las noticias falsas es de vital importancia ser ciudadanos informados, a ser posible a través de diversas fuentes, aunque no se alineen con nuestros planteamientos ideológicos o valores, porque solo así podremos tener una visión más amplia de la realidad para ser ciudadanos críticos y, por tanto, libres a los que el poder, sea cual sea su naturaleza, le será más difícil engañar y manipular a través de las fake news.