
En descargo del partido de
la gaviota y de la diestra política nacional en general, hay que decir que es
verdad que en nuestro país la izquierda goza de bula para actuar en
determinados ámbitos sin que nadie se rasgue las vestiduras, para mantener
algunos postulados ideológicos rancios, además de gozar de una pretendida superioridad
moral de la que en realidad carece. Maquillaje que sin duda le da una imagen
mucho más acorde con el producto que intenta vender a los ciudadanos.
Por ello, no deja de
sorprender a los que nos dedicamos a la comunicación, lo escasitos de luces que
en este terreno tan sensible hoy en día, están los líderes de la derecha
española y en concreto del Gobierno popular. La comunicación del señor Rajoy y del equipo gubernamental en su conjunto, es manifiestamente mejorable.
Si como parece las medidas
económicas tomadas por el Gobierno desde su llegada al poder hace más de cuatro
meses son las más importantes, excepcionales y duras desde la llegada de la
democracia, no se entiende que todavía el presidente del Gobierno, Mariano
Rajoy, no haya comparecido públicamente para explicar a los españoles, objetivo
directo de las medidas adoptadas por su Ejecutivo, la verdad de la situación que
atravesamos por dura que sea.
No se entiende que desde
que llegó a la Moncloa el actual Ejecutivo, la información y las explicaciones
a los ciudadanos han sido más bien escasas en número y parcas en contenido
cuando éstas se han producido. La estrategia de comunicación basada en el
silencio no es precisamente la más acertada, por cuanto supone entre otras
cosas, un mayor desgaste del Gobierno y de Rajoy ante los españoles, le hayan
votado o no.
¿A qué está esperando para
en un lenguaje sencillo, claro y cercano a la realidad cotidiana de sus compatriotas, explicar cómo se encontró el país cuando asumió el poder? ¿Por qué
no explica las razones que le han llevado a tomar medidas tan duras y contrarias
a lo prometido en campaña electoral? ¿Por qué no explica que pasaría si éstas
no se tomaran? Cuestiones todas ellas que es necesario que Rajoy en persona y
no un ministro, explique hoy mejor que mañana, y si además incluye un mensaje claro
y firme de confianza y de esperanza en el futuro, miel sobre hojuelas.
Así, el Gobierno de la
Nación y el partido que lo sostiene, frenarían el deterioro de credibilidad que
sufren y la desconfianza que hacia ellos comienza a sentir el español medio,
sumido en un mar de ajustes por las malas noticias económicas y políticas y un
horizonte que se presenta plagado de incertidumbre.
Si comunicar para el Gobierno es esencial en cualquier momento, en esta
situación de crisis por la que atraviesa España, se convierte
en una obligación y una demostración de responsabilidad del señor Rajoy y sus ministros hacia los
ciudadanos, pero parece que la comunicación seguirá siendo el talón de Aquiles
del Gobierno del PP.